De vendedor a monstruo

   El cliente monstruo 

 

 

 


Devorador de productos:

El cliente monstruo, quiere productos nuevos, ha consumido, estrujado, analizado sus productos y quiere más, quiere saber más, conocer más, probar más, quiere otro producto y cambiar cada vez más rápido:

 

 


Sin conciencia:

El cliente monstruo te ignora, no te mira a la cara, no le importa, no te quiere, solo quiere que le dés nuevos productos.

 


Exigente:

Quiere que trabajemos para él, buscándole novedades, ampliaciones, catálogos recién salidos de la imprenta, quiere que le informemos más y cada vez más frecuentemente.


Oscurantista:


 Quiere más, quiere novedades pero no dice para que, ni su finalidad, hay que interpretar sus deseos, sus vanidades, sus necesidades.

 


Vengativo:

Si no le damos novedades, se ira con otro vendedor que si se las dé. Pensemos que un mismo producto con diferentes marcas puede ser una novedad, pensemos igualmente que un mismo producto de la misma marca suministrado por empresas distintas, puede ser una novedad.

 


Infantiloide y entrometido:

Tímido y nervioso, el monstruo quiere supervisarnos a nosotros y a los demás departamentos de su empresa, nada nuevo puede dejar de pasar por él.

 


Egocéntrico y “jefe”

El monstruo se cree único, especial, nos exige tanto para aprender y conocer novedades que ademas, cree que nos está formando, que tenemos que obedecerle y tenemos que satisfacerlo.