Las comidas mas extravagantes de España

A pesar de que te parezcan raras y asquerosas, no las has probado y no sabes como saben. Aun así, todos podemos opinar.

 

 

Crestas de gallo

 

Típico de: Zamora.

 

Receta: Aunque hoy encontrar crestas de gallo guisadas es de una rareza incluso en su tierra natal, parece ser que el mismísimo Leonardo de Vinci describió la receta de crestas de gallo con migas: “Aseguraos de elegir un gallo grande, mayor de doce años de edad y de que su cabeza levante el menos 60 centímetros del suelo antes de quitarle la cresta…”

 

Ascómetro: 8/10. El aspecto es de seta, la textura, de seitán y el sabor, de palo de gallinero.

 

 

 

 

 

 

 

 

Lamprea en su propia sangre

 

Típico de: Galicia.

 

Receta: La lamprea es un bicho acuático gelatinoso y con una boca dentada con la que chupa la sangre de otros peces y tiburones. Estos escurridizos gusanos de mar son considerados una delicatesen en Galicia, donde se los cocina hervidos en su propia sangre.

 

Ascómetro: 6/10. Instintivamente sabemos que un guiso color pardo tirando a negruzco no es comestible.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Atascaburras


Típico de: La Serranía de Albacete.

 

Receta: Masa compacta elaborada con un mortero a partir de patatas, bacalao en salazón, ajo y nueces.

“Hay que reconocer que el hombre le viene al pelo”, dice Elena, quien nos sugirió este plato manchego. El nombre remite al sonido que hace el mortero al mezclar los ingredientes, que recuerda al que hacen las patas de un burro atascado en el barro.

 

Ascómetro: 8/10.

 

 

 

 

 

 

 


Sesos de cordero en su cráneo

 

Típico de: Haro (La Rioja).

 

Receta: Ábrase el cráneo del cordero, previamente muertos, se entiende. Hornéense las cabezas sobre un lecho de cebolla. Para mayor emoción, deje los ojos del cordero en sus cuencas. Si logras soportar su mirada culpabilizadora, disfrutarás de un sabor sorprendente.

 

Ascómetro: 10/10. Al ver semejante presentación nos viene a la (¡ay!) cabeza, aquel legendario sorbete de sesos de mono –servido en su propio cráneo- que le ofrecían a Indiana Jones en alguna de sus aventuras.

 

 

 

 

 

 

 

 

5 Manteca colorá


Típico de: Andalucía.

 

Receta: Si pernoctas en casa de un andaluz es más que probable que en el desayuno no encuentres  junto al pan mantequilla o aceite sino una densa pasta roja con pinta de sobrasada aunque un poco más gelatinosa. Se trata de la indigesta manteca colorá, ¡un mejunje de grasa de cerdo y pimentón que promete acompañarte en forma de regüeldos hasta la cena y más allá”.

 

Ascómetro: 4/10. Si logras sobreponerte a la primera oleada aromática hay que reconocer que no está ni tan mala.

 

 

 

 

 

 

 

 

Leche tibia con bacalao

 

Típico de: País Vasco.

 

Receta: Tildar de “típica” esta “receta” probablemente sea exagerado. Porque el “Tazón de leche tibia azucarada con pedazos de pan y pellizcos de bacalao en salazón” es una de las "guarrindongadas" recopiladas por David de Jorge, el Robin Food de los fogones: “Hace falta ser Barbarroja y arponear ballenas para cogerle el gusto a tal brebaje”.

 

Ascómetro: 7/10. La combinación de sabores es, cuando menos, desafiante.

Sugerida por Rubin Food.

 

 

 

 

 

 

 

 

7 Gallinejas y entresijos

 

Típica de: Madrid.

 

Receta: Una de las sensaciones más infernales vividas por este cronista tuvo lugar durante unas fiestas de San Isidro, cuando, bajo un sol de justicia, atravesé el pasillo de chiringuitos donde se fríen ingentes cantidades de tripas de cordero, con objeto de aromatizar tal celebración. Al lado de la gallineja, el zarajo de Cuenca es un evanescente bocatto di cardinale.

 

Ascómetro: 9/10. Todo un desafío para los omnívoros.

 

 

 

 

 

 

 

 

8 Plaza de toros

 

Típica de: Valdepeñas (Ciudad Real).

 

Receta: Prepárese una fuente profunda, en forma de coso taurino. Rellénese una primera fila del perímetro interior con chorizo frito, una segunda con tocino, otra con morcilla, otra con panceta y así hasta llenar la “plaza” hasta la bandera.

 

Ascómetro: 8/10. “No hay ni un pimiento con el que escapar de la grasaza”, nos cuenta Mario el Aborigen, proponente del plato.

 

 

 

 

 

 

 

 

9 Buñuelos de sesos

 

Típicos de: Córdoba, País Vasco.

 

Receta: Ábrase el cráneo de un cordero. Extráiganse los sesos. Rebócense con huevos y fríanse hasta que queden bien doraditos. Sírvanse decorados con una ramita de perejil.

 

Ascómetro: 5/10. Sin comentarios.

 

 

 

 

 

 

10 Adoquines del Pilar

 

Típicos de: Zaragoza.

 

Receta: No queríamos acabar este menú carpetovetónico sin un postre bien indigesto, así que hemos escogido el adoquin del Pilar, ese caramelo de hasta medio kilo en forma de ladrillo que es, literalmente, imposible de finalizar, si no es sacrificando alguna pieza dental.

 

Ascómetro: 5/10. Sólo es azúcar, pobre.